Las cosas no salieron mal, de nada sirve verlo ahora. Sólo soy fiel a la soledad que me hace imposible las horas. Y de un precipicio me hiciste saltar, mientras caía pronunciaba tu nombre.
Y de mis sueños tal vez nunca pueda despertar, una y otra vez no me cansaré de intentar de llegar a tu morgue corazón. Las cosas no salieron bien, de nada sirve verlo ahora. De todo, algo rescaté: ya no siento en mi cuello la soga. Pero aún sus marcas están en mi piel, las cura el tiempo borrando tu nombre. Y al tocar fondo y caer me volví a levantar, todas mis partes junté y la peor quise dejártela en tu morgue corazón...
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