El destino: Esa suerte de fuerza sobrenatural que controla cada suceso en nuestras vidas. Cada persona, cada ida, cada llegada, cada momento, cada risa, cada llanto.
Personas van y personas vienen, para bien o para mal, algunas llegan para quedarse y otras se van para no volver, ninguna de ellas está de más en nuestras vidas. Por algo el destino quiso que fuera así. Así traigan consigo paz o caos, amor u odio. Y su ida, también tiene un por qué, aunque duela hay que entender que por algo pasa. No conocemos a las personas por accidente todas están destinadas a cruzarse en nuestro camino por alguna razón.
Todo tiene sentido en esta vida, lo bueno y lo malo. Siempre, va a ser lo que tenga que ser, en su debido tiempo, el destino no se equivoca nunca, todo está escrito, quieras o no, va a pasar, porque sí, porque tiene que ser así, aunque no sepamos el por qué, todo pasa por algo, todo tiene un fin, un objetivo. Quizás y es probable no lo sepamos en ese momento, y nos angustiemos ante algún hecho, pero hay que pensar que el destino siempre esta ahí, en todo momento. Incluso mientras escribo estas palabras, mi destino esta pasando, esta "siendo", esta ocurriendo. Nunca hay que dudar de él, ni de sus decisiones, porque así como quita también da. Y quizás hoy nos arranque una parte del alma, pero mañana nos devolverá el doble.
Siempre tiene algo bajo la manga, siempre esta ahí, observando, esperando el momento exacto para actuar. Y aunque intentemos evitarlo, y tomemos otros caminos, allí estará, pacientemente esperando, ahí.
A pesar de que duela el destino es así y siempre va a ser así. No, no es un ser, no es un ente, no tiene vida, o si, quizás si, quizás sea ese tal Dios del que tanto hablamos, quizás controle cada uno de los momentos de nuestras vidas, cada persona que entra o sale, cada hecho. Pero lamentablemente, no lo se y nunca lo sabré.
Esto, es prueba evidente, de que todo pasa por algo. Nada ni nadie aparece en nuestras vidas sin un objetivo. Disfrutemos cada segundo, cada momento. Los buenos con alegría y los malos, con la certeza de que aún estamos vivos y hay mucho por vivir, siempre. Veamos el lado bueno del dolor, nada es en vano, el dolor también ayuda y tiene su función, el destino es sabio y por algo nos lo pone en el camino. Disfrutemos y agradezcamos día a día que estamos vivos y todavía nos esperan tantísimas cosas.
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