10 de marzo de 2013

Bueno, no soy de publicar sobre mi en el blog, pero quiero hacerlo, necesito hacerlo. Hace un tiempo, mi vida estaba "RARA" por así decirlo, sentía que no le importaba a nadie ni siquiera a esa persona que "supuestamente" me amaba, esa persona que decía dar su vida por mi, esa persona que, con una simple mirada me hacía sentir en el espacio, suena exagerado, lo sé, pero era así. El simple hecho de verlo me producía una sensación tan rara, pero tan linda al mismo tiempo, algo que nunca había sentido por nadie. Bueno, el tema es que ni siquiera a él le importaba.
Estuve muy mal por este chico, un tiempo, hasta que me dí cuenta que, todo termina, absolutamente todo. Como bien dice la canción: "Todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina"  
Estuve bastante tiempo mal por él, nunca había estado así, me sentía tan aislada de todo, nadie me comprendía. Hasta que una día me di cuenta que una persona no puede ser feliz toda su vida, pero puede intentarlo. Así que me propuse intentar ser feliz, por más de que las cosas no salgan bien, siempre con una sonrisa en la cara.
  Mi vida había cambiado drásticamente, era inmensamente feliz y aprovechaba cada momento al máximo, salía con mis amigos, disfrutaba con mi familia y lo mas importante, era YO MISMA. Cierto día, cuando la felicidad abundaba en mi vida, apareció EL, ese chico por el que había estado tan mal. Me pidió disculpas por lo que me había hecho, y prometió hacerme feliz, sin importar que pase. En ese instante, quise decirle que lo amaba y que también quería hacerlo feliz, pero algo dentro mío me lo impidió. Acepté sus disculpas, pero no su propuesta de hacerme feliz. Comprendí que mi felicidad estaba en mis manos, y no iba a dejarla en las suyas.

YO ERA MI FELICIDAD, DE MI DEPENDÍA SER FELIZ.

                  -Quittzia-

 

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