23 de febrero de 2016

Como duele tener que aceptar el adiós...
Cómo duele saber que al fin se terminó, saber que nunca más su sonrisa va a ser tuya, saber que no vas a volver a llenar de besos esa sonrisa que te llenaba de felicidad y alegría. Duele no volver a ver esos ojos marrones que me inundaban el alma, eran paz en plena guerra. Duele dar absolutamente todo para nada... Duele ver que otra persona lo hace feliz, ver que ya no se acuerda de vos, que ya no te mira, no te escribe, no te recuerda, no te ama, nada. Entregar todo y obtener a cambio indiferencia, infidelidad, traición.
Todo lo mío era de él no le faltó nada al lado mío lo que tuve se lo dí jamás le negué nada nunca le mentí... Y me paga así.
El dolor como todos los sentimientos son necesarios en nuestra vida, pero prefería esa alegría al despertarme y ver su mensaje *Buen día mi amor*, y no este llanto continuo, esa bronca de saber que todo este tiempo juntos se esfumó de un momento a otro y que ahora solo siente odio por esa mujer *yo* a la que tanto quiso, o eso me hizo creer.
Duele y mucho, pero a veces las relaciones tóxicas hay que dejarlas ir... eso era él una persona tóxica, lo amaba como nunca amé a nadie, pero también me lastimaba como nadie me lastimó nunca.

Es hora de dejar ir...

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